Casariche - Un paseo por nuestra Historia
D. FRANCISCO GÓMEZ MUÑOZ DEL POZO
Hace 2 años se cumplieron cien años
de su nacimiento y este año, el 13 de agosto, se cumplen cincuenta de su
fallecimiento. (Año 2002).
D. Francisco Gómez Muñoz del Pozo,
Paco Gómez para la mayoría del pueblo, fue una persona que se puede contemplar
desde distintos puntos de vista.
Maestro Nacional, sancionado por el régimen anterior
con suspensión de empleo y sueldo durante varios años, rehabilitado después,
ejerció en Coripe y posteriormente en Casariche y La Roda de Andalucía.
En Casariche desde el año 1943, no
sólo ejerció como Maestro, sino que creó la “Academia de Bachillerato”, cuyas
clases había iniciado en solitario D. Romualdo Carrión, pero fue él quien
constituye el grupo de profesores sin que se excluyese a ninguno de los
maestros destinados en la localidad.
Gracias a este grupo, un buen número
de jóvenes pudo hacer sus estudios no sólo de Bachillerato, sino también de
Magisterio, sin salir de Casariche; ya que entonces no había más Institutos de
Secunda Enseñanza en la Provincia, que dos en Sevilla Capital, uno de masculino
y otro de femenino, y el de Osuna, a donde iban a examinarse los alumnos de
Casariche.
Tenía un temperamento artístico, fue
pintor autodidacta sobresaliendo entre sus temas las marinas, los rincones
urbanos y las escenas históricas, especialmente las de la vida de Colón,
siempre poniendo su impronta personalidad en los cuadros. Presentó una
exposición de su obra en los salones de la peña, que fue muy visitada y
comentada. Pintó en formato grande el puente de Triana, tal y como era en los
años cuarenta, con los sillares, la casa de “Centimillo”, etc. Y lo donó al
Ayuntamiento de Casariche, donde estuvo colocado durante muchos años. De
haberse conservado, hoy constituiría un documento gráfico inestimable de la
época.
Su ingenio era proverbial, escribió
una historia humorística del pueblo, que llegó a grabar el mismo en el primer
magnetófono que llegó a la localidad. La parodia de don Juan Tenorio de
Zorrilla, para su representación a continuación de la obra de los Hermanos Álvarez
Quintero “La Boda de Quinita Flores”, llevadas a escena en 1948 a beneficio de
los necesitados, aún se recuerda, y hay personas que la recitan casi al
completo de memoria. Comenzaba así:
“¡Cual gritan esos bribones
pero mal rayo me parta,
si en concluyendo la carta
no me como dos melones!”.
Él encarnó el papel de D. Juan
Tenorio, José Lucas Graciano el de D. Luís Mejia y Ricardo Rodríguez (q.e.p.d.)
el de Inés.
Cantaba romanzas de zarzuela con buen
oído, ya que había pertenecido de joven al coro del Teatro Cervantes de Málaga,
y, tocaba con cierta maestría al piano, piezas como “El Danubio Azul” de
Strauss o el pasodoble “Camino de Rosas”.
Su lenguaje agradable, su cultura,
sus viajes con motivo de la guerra, su estancia en el Pirineo catalán, y,
terminada aquella en la zona de Marruecos, su gracia y ocurrencias, procurando
siempre no zaherir a nadie, hacían de él una persona que captaba la atención en
cualquier reunión, siendo célebres las tertulias de la tarde en la terraza del
café de “El Litro” o en la Peña.
Le gustaba la horticultura y la
crianza de conejos y de aves, haciendo él mismo las jaulas para su
mantenimiento y cuidado.
Aparte de su labor en la escuela y en
las clases de bachillerato, entre sus actividades, para llevar adelante a una
familia numerosa, estaban las representaciones de seguros y casas comerciales.
Fue promotor y presidente de la Peña
Cultural Ajedrecista.
Su carácter cordial y amable le
granjeó la simpatía de cuantos le conocieron y trataron, pudiéndose afirmar,
sin temor a error, que no tuvo enemigos ni detractores.
Se me podría criticar que estas
palabras las diga su propio hijo, pero ¿Quién le pudo conocer mejor?, y ¿Quién
puede mantener el recuerdo con mayor fidelidad? Sé que aquellos que fueron sus
alumnos no verán en mis palabras otra intención que no sea la de reavivar, con
motivo de estos dos aniversario casi seguidos, el recuerdo de un hombre de bien
que, a pesar de su temprana muerte y de la distancia en el tiempo, aún
permanece en la memoria de no pocas personas.
Sevilla, 15 de junio de 2002.
Mario Gómez Moriana.
Adaptación de la obra “DON JUAN TENORIO” de José Zorrilla
(año 1884) por D. Francisco Gómez Muñoz del Pozo.
Representada en Casariche en el año 1948, a beneficio de los
necesitados:
Al encontrarse D. Juan Tenorio (interpretado por Francisco
Gómez) con D. Luís Mejías (interpretado por José Lucas Graciano), y narrar cada
uno sus aventuras, dicen cosas como éstas:
Yo he nacido en Casariche,
en la calle de las Monjas
y frente al tuerto Porriche.
He vivido hasta en Coripe
donde, por miedo a los grajos,
enfermé de buena gripe,
pero tomé un cepillón
y un buen plato de lentejas,
y me puse la barriga
como el incendio de Tejas.
A los Palacios subí,
A las cabañas bajé,
Y al llegar al Patronato,
A Pepe Coscurro encontré.
Vencí al Dux, en Venecia
en Corcoya, a Federico,
en Lorca, a Pedro González,
y, en Casariche, al Tío Picos.
Es Estepa, a los Juárez,
en Herrera, a los Picones,
y, en el pueblo de Jabugo,
robé cincuenta molcones.
(…)
¡Por Pablo el Sacristán
y el “Cojo de la Metrina”,
yo defenderé el honor
de tan blanca clavellina!
Casariche. Un paseo por nuestra Historia.
©Francisco Estepa López
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